Llevando vida de mar abierto a tierra firme

24 de Julio de 2019

 

Los manglares son unos de los ecosistemas más productivos del mundo y se caracterizan por tolerar amplios rangos de salinidad.

 

 

Bosque de mangle de la comunidad de El Venado, Choluteca

Los manglares son unos de los ecosistemas más productivos del mundo y se caracterizan por tolerar amplios rangos de salinidad. Son vitales para la alimentación de la vida submarina, siendo “semilleros” de muchas especies: crustáceos, peces, moluscos, entre otros animales. Aquí estas se reproducen y crecen.

Manglares del Golfo de Fonseca

Los bosques de mangle prestan una gran variedad de servicios ecológicos al planeta, ya que no solo es una fuente de alimento, sino que son el refugio de otras especies como aves, reptiles y anfibios. Además frenan la erosión de los suelos, fijándolos y evitando que se acumulen sedimentos en las playas y sirven como “muros” que protegen a las comunidades costeras de inundaciones, porque son la principal barrera del litoral contra el avance del mar. 

En los manglares hay intercambio de agua dulce y salada que contiene un nivel alto de nutrientes orgánicos, produciendo plancton, que juega un papel crucial en la fertilización de los océanos.

Mangle en el Golfo de Fonseca

Los bosques de mangles no solo son importantes en las costas, sino también en las ciudades industrializadas, porque recompensan el oxígeno que la pérdida de bosques terrestres produce y absorben gases del efecto invernadero. A pesar de esto, los manglares son uno de los ecosistemas más amenazados, esto por la ocupación de su territorio, el cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación de recursos por parte de los sectores agroindustriales.

Conociendo los beneficios que los manglares producen, en la comunidad de El Venado, en Choluteca, han reforestado 360 hectáreas de mangle, y las personas de estas comunidades siguen haciéndolo a lo largo y ancho de la franja del Golfo de Fonseca. Durante la reforestación, otras dos comunidades costeras, Guapinol y Ojochal, se unieron a este proyecto.

“Estas plantas nos ayudan a proteger el Golfo …el bosque ya se mira más fuerte y sentimos que ayudamos a la comunidad y ayudamos a nuestros hijos”, dice Karen, productora de la comunidad de Guapinol.

El Venado también aprovecha responsablemente los recursos naturales y los conserva por medio del turismo sostenible, generando turismo y empleo para toda la comunidad. 

Pescadores de la comunidad de El Venado, Choluteca

Los recorridos en lancha por el bosque de mangle son una actividad de entretenimiento muy frecuente para los visitantes, aquí pueden avistar las especies que viven en los manglares. Pero la sostenibilidad va más allá del turismo y los bosques de mangle, la propia comunidad genera empleo para sus habitantes comprando los mariscos, que son la especialidad de El Venado, a los pescadores locales. 

Turista de la comunidad de El Venado siendo atendida

Además de que los turistas son hospedados en el hotel local y atendidos por personas originarias de El Venado, las ganancias generadas por los negocios locales son el sustento de mujeres y hombres trabajadores de la comunidad.  

A la vez estos fondos generados por las personas de la comunidad, permiten el mantenimiento del Centro de Conservación e Investigación de la Tortuga Golfina, un laboratorio para estudios científicos que presta las condiciones necesarias para investigar la tortuga golfina.

Centro de Conservación e Investigación de la Tortuga Golfina

La iniciativa de reforestación del bosque de mangle y de la construcción del Centro de Investigación, han sido proyectos apoyados por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD).

Más sobre el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD):

Cuando las comunidades disfrutan de ingresos y negocios, ahí, se construye la esperanza y nace una relación a largo plazo para la conservación de los recursos naturales”-Hugo Galeano, coordinador nacional del PPD.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) junto con Mi Ambiente y bajo financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), implementan el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) cuyo objetivo primordial es la conservación de la biodiversidad, acción contra el cambio climático, la degradación de la tierra, los contaminantes orgánicos persistentes y la protección de aguas internacionales. En 17 años, el PPD ha invertido L.268,000.00 (aprox. 6.8 millones de dólares) en 232 proyectos que han generado ingresos para las comunidades arriba de los L. 100 millones.

Los resultados del PPD se ven reflejados en el desarrollo de capacidades en las comunidades que formulan sus proyectos y se hacen responsables de su ejecución.